- Back to Home »
- CUENTOS , CUENTOS PARA PENSAR , HISTORIAS , JORGE BUCAY »
- El oso.
Posted by : Joel
domingo, 5 de enero de 2014
Hay cuentos que son particularmente significativos para mí.
Uno de ellos es ésta antiquísima historia que me contó alguna vez mi abuelo y que quiero contarte, tal como hoy la recuerdo.
Esta es la historia de un sastre,
un zar y su oso.
Un día el zar descubrió
que uno de los botones de su chaqueta preferida
se había caído.
El zar era caprichoso, autoritario
y cruel (como todos los que se enmarañan
por demasiado tiempo en el poder), así
que, furioso por la ausencia del botón
mandó a buscar al sastre y ordenó
que a la mañana siguiente fuera decapitado
por el hacha del verdugo.
Nadie contradecía al
emperador de todas las Rusias, así que
la guardia fue hasta la casa del sastre y arrancándolo
de entre los brazos de su familia lo llevó
a la mazmorra del palacio para esperar allí
a su muerte.
Al atardecer, cuando el guarda
cárcel le llevó al sastre la última
cena, este meneó la cabeza y musitó:
- Pobre Zar.
El guardia no pudo evitar
la carcajada:
- ¿Pobre del Zar?.
Pobre de ti. Tu cabeza quedará bastante
lejos de tu cuerpo mañana mismo.
- Tú no entiendes -
dijo el sastre- ¿Qué es lo más
importante para nuestro zar?
- ¿Lo más importante?
- contestó el guardia - No sé. Su
pueblo.
- No seas estúpido.
Digo algo realmente importante para él.
- ¿Su esposa?.
- Más importante!!
- Los diamantes!! - creyó
adivinar el carcelero.
- ¿Qué es lo
que más le importa al zar en el mundo?
- Ya sé!!!. Su oso.
- Eso. Su oso.
- ¿Y?
- Mañana, cuando el
verdugo termine conmigo, el zar perderá
su única oportunidad para conseguir que
su oso hable
- ¿Tú eres entrenador
de osos?.
- Un viejo secreto familiar...
- dijo el sastre - Pobre zar.....
Deseoso de ganarse los favores
del zar, el pobre guardia corrió a contarle
al soberano su descubrimiento:
El zar estaba encantado. Mandó a buscar inmediatamente al sastre y cuando lo tuvo frente a sí le ordenó:
El zar estaba encantado. Mandó a buscar inmediatamente al sastre y cuando lo tuvo frente a sí le ordenó:
- Enséñale a
mi oso nuestro lenguaje!!
El sastre bajó la cabeza
y dijo:
- Me encantaría complacerte
ilustrísima, pero enseñar a hablar
a un oso es una tarea ardua y lleva tiempo....
y lamentablemente, tiempo es lo que menos tengo....
- ¿Cuánto tiempo
llevaría el aprendizaje? - preguntó
el zar
- Depende de la inteligencia
del oso...
- El oso es muy inteligente!!
- interrumpió el zar - De hecho es el osos
más inteligente de todos los osos de Rusia.
- Bien, si el oso es inteligente.....
y siente deseos de aprender....
yo creo..... que el aprendizaje
duraría..... duraría..... no menos
de..... DOS AÑOS.
El zar pensó un momento
y luego ordenó:
- Bien, tu pena será
suspendida por dos años, mientras tú
entrenas al oso. Mañana empezarás!
- Alteza - dijo el sastre
- Si tú mandas al verdugo a ocuparse de
mi cabeza, mañana estaré muerto,
y mi familia se las ingeniará para sobrevivir.
Pero si me conmutas la pena, ya no tendré
tiempo para dedicarme a tu oso... deberé
trabajar de sastre para mantener a mi familia.....
- Eso no es problema - dijo
el zar - A partir de hoy y durante dos años
tú y tu familia estarán bajo la
protección real. Serán vestidos
alimentados y educados con el dinero del zar y
nada que necesiten o deseen les será negado.....
Pero, eso sí..... Si dentro de dos años
el oso no habla.... te arrepentirás de
haber pensado en esta propuesta... Rogarás
haber sido muerto por el verdugo.... ¿Entiendes,
verdad?.
- Si, alteza.
- Bien... Guardias!! - gritó
el zar - Que lleven al sastre a su casa en el
carruaje de la corte, denle dos bolsas de oro,
comisa y regalos para sus niños. Ya....
Fuera!!!.
El sastre en reverencia y
caminando hacia atrás, comenzó a
retirarse mientras musitaba agradecimientos.
- No olvides - le dijo el
zar apuntándolo con el dedo directamente
a la frente - Si en dos años el oso no
habla...
.....Cuando todos en la casa lloraban por la pérdida del padre de familia, el sastre apareció en la casa en el carruaje del zar, sonriente, eufórico y con regalos para todos.
.....Cuando todos en la casa lloraban por la pérdida del padre de familia, el sastre apareció en la casa en el carruaje del zar, sonriente, eufórico y con regalos para todos.
La esposa del sastre no cabía
en su asombro. Su marido que pocas horas antes
había sido llevado al calabozo volvía
ahora, exitoso, acaudalado y exultante...
Cuando estuvieron solos el
hombre le contó los hechos.
- Estás LOCO - chilló
la mujer - enseñar a hablar al oso del
zar. Tú, que ni siquiera has visto un oso
de cerca. Estás loco.
Enseñar a hablar a
un oso.... Loco, estás loco...
- Calma mujer, calma. Mira,
me iban a cortar la cabeza mañana al amanecer,
ahora tengo dos años.... En dos años
pueden pasar tantas cosas...
En dos años... - siguió
el sastre - se puede morir el zar..... me puedo
morir yo.... y lo más importante... por
ahí el oso habla!!!
Jorge Bucay