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- El Vendedor más grande del Mundo. Og Mandino. CAPITULO IX
Posted by : Joel
miércoles, 1 de enero de 2014
CAPITULO IX
El pergamino número dos
Saludare este día con amor en mi corazón.
EL amor como acto de dar, como relación interpersonal, es la actitud ante los demás y con uno mismo, que consiste en tratar el cuerpo la mente con limpieza y moderación, para dar amor hay que primero sentir amor a uno mismo.
Con este acto del amor es tomar en cuenta el hecho de interesarse por las personas o prospectos, aquí el pergamino exige que se ame a todo el mundo ya que cada quien tiene algo que enseñar, tanto ricos como pobres, tanto feos como los no feos, los jóvenes, los ancianos, así a todo ser humano y a toda creación.
Sintiendo amor es también extraer los rencores, resentimientos que se pueda tener en el corazón, sin resentimientos se llevara encima una alegría que pueda contagiar, total que sin amor se fracasará así se posean todas técnicas y conocimientos para vender.
Porque éste es el secreto más grande del éxito en todas las empresas. La fuerza muscular podrá partir un escudo y aún destruir la vida, pero sólo el poder invisible del amor puede abrir el corazón del hombre, y hasta que no domine este arte no seré más que un mercachifle en el mercado. Haré del amor mi arma más poderosa y nadie a quien yo visite podrá defenderse de su fuerza.
Amaré al que tiene ambiciones porque podrá inspirarme; amaré a los que han fracasado porque pueden enseñarme. Amaré a los reyes porque son solo humanos; amaré a los humildes porque son divinos. Amaré a los ricos porque sufren la soledad; amaré a los pobres porque son tantos. Amaré a los jóvenes por la fe a que se aferran; amaré a los ancianos por la, sabiduría que comparten. Amaré a los hermosos por sus ojos de tristeza; amaré a los feos por sus almas saturadas de paz.
¿Cómo reaccionare con la conducta de los demás? Con Amor.
Saludaré este día con amor en mi corazón.
¿Y cómo me enfrentaré con las personas con quienes me encuentro? De una sola manera. En silencio y en mi fuero interno me dirigiré a él y le diré que le amo. Aunque dichas en silencio estas palabras se reflejarán en mis ojos, serenarán mi frente, harán que una sonrisa se asome a mis labios, y harán eco en mi voz; y su corazón se abrirá. ¿Y quién es aquel que se negará a comprar mis mercancías cuando en su corazón sienta mi amor?
Y principalmente me amaré a mí mismo.
El pergamino número dos
Saludare este día con amor en mi corazón.
EL amor como acto de dar, como relación interpersonal, es la actitud ante los demás y con uno mismo, que consiste en tratar el cuerpo la mente con limpieza y moderación, para dar amor hay que primero sentir amor a uno mismo.
Con este acto del amor es tomar en cuenta el hecho de interesarse por las personas o prospectos, aquí el pergamino exige que se ame a todo el mundo ya que cada quien tiene algo que enseñar, tanto ricos como pobres, tanto feos como los no feos, los jóvenes, los ancianos, así a todo ser humano y a toda creación.
Sintiendo amor es también extraer los rencores, resentimientos que se pueda tener en el corazón, sin resentimientos se llevara encima una alegría que pueda contagiar, total que sin amor se fracasará así se posean todas técnicas y conocimientos para vender.
Porque éste es el secreto más grande del éxito en todas las empresas. La fuerza muscular podrá partir un escudo y aún destruir la vida, pero sólo el poder invisible del amor puede abrir el corazón del hombre, y hasta que no domine este arte no seré más que un mercachifle en el mercado. Haré del amor mi arma más poderosa y nadie a quien yo visite podrá defenderse de su fuerza.
Amaré al que tiene ambiciones porque podrá inspirarme; amaré a los que han fracasado porque pueden enseñarme. Amaré a los reyes porque son solo humanos; amaré a los humildes porque son divinos. Amaré a los ricos porque sufren la soledad; amaré a los pobres porque son tantos. Amaré a los jóvenes por la fe a que se aferran; amaré a los ancianos por la, sabiduría que comparten. Amaré a los hermosos por sus ojos de tristeza; amaré a los feos por sus almas saturadas de paz.
¿Cómo reaccionare con la conducta de los demás? Con Amor.
Saludaré este día con amor en mi corazón.
¿Y cómo me enfrentaré con las personas con quienes me encuentro? De una sola manera. En silencio y en mi fuero interno me dirigiré a él y le diré que le amo. Aunque dichas en silencio estas palabras se reflejarán en mis ojos, serenarán mi frente, harán que una sonrisa se asome a mis labios, y harán eco en mi voz; y su corazón se abrirá. ¿Y quién es aquel que se negará a comprar mis mercancías cuando en su corazón sienta mi amor?
Y principalmente me amaré a mí mismo.