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Posted by : Joel
sábado, 4 de enero de 2014
"Si me engañas una vez, tuya es la culpa. Si me engañas dos, la culpa es mía".
Anaxágoras, filósofo griego (500-428 a.C.)
"Proclamar que nadie debe mentir nunca en una relación sería caer en
un simplismo exagerado; tampoco recomiendo que se desenmascaren todas
las mentiras". Paul Ekman (1991)
Ante una situación de
tensión o presión la persona tiene el "síndrome de huída o de lucha". Es
aquí donde entra la importancia del lenguaje corporal a través de la
técnica de la kinesis para detectar patrones de conductas que indican la
probabilidad (alta, mediana o baja) de que el interlocutor está
mintiendo. Es importante recordar que los signos y síntomas de
movimientos corporales se presentan desde el inicio o ante una pregunta
que causa presión y tensión en el entrevistado. Sin embargo, dicha
técnica no funciona con personas psicóticas, drogadas y que sean menores
de 15 años de edad.
Cuando, por ejemplo, un paciente menciona
"me encuentro bien", sólo por sus palabras no se puede saber si dice la
verdad o no. A menudo, ya se sabe, decimos lo que queremos que los
demás crean. El lenguaje del cuerpo, en cambio, no puede engañar tan
fácilmente a un observador entrenado para tal fin. Nadie domina
plenamente su cuerpo, por ello, su lenguaje corporal puede utilizarse
como un recurso muy importante para hipotetizar si el individuo nos está
mintiendo. La mentira entra en acción como una estrategia de
afrontamiento de la realidad de la que deseamos obtener un beneficio o
una satisfacción. Decir una mentira, por ejemplo, crea un estado de
tensión corporal que reflejan indicios de las emociones que difícilmente
puede controlar en su totalidad la persona debido a varios factores que
se irán enumerando a lo largo del artículo.
SIGNOS VERBALES
Los
deslices verbales (lapsus inconscientes), contradicciones en
descripción de detalles específicos, frases como "esas preguntas no me
hacen gracia"; responder a una pregunta inexistente evadiendo la
pregunta real. Quejas sobre el ambiente y sobre la entrevista; cuando
nos pidan que repitamos la pregunta; cuando nos responden con otra
pregunta; detenerse a la mitad de la oración; interrumpir; desviar el
tema; disculparse frecuentemente; apelar mucho a Dios o a la madre;
abusar de los siguientes términos: honestamente, francamente, de verdad,
créame, que me caiga un rayo si no, etcétera.
El expresar "No"
(verbal o no verbalmente) nos da características de posibles mentiras de
acuerdo a lo siguiente: si se acompaña de cerrar los ojos; si se
expresa con énfasis y se mueve la cabeza de un lado a otro; si se
expresa titubeante, con duda y con demora; si se expresa de manera
suplicante; con inflexión de voz o con una mirada al vacío; acompañado
de mirada inquisidora; expresándose como si no fuera dirigida a él la
pregunta.
SIGNOS NO VERBALES
Según
la PNL, si mira al lado superior derecho el individuo está
construyendo, es decir, cabe la posibilidad de que diga mentiras.
Si
parpadea demasiado (no confundir con un tic), si desvía la mirada (no
confundir con timidez), si baja la mirada (no confundir con
distracciones), si fija demasiado la mirada (no confundir con
estrabismo), si se muestra ansioso, afecto inapropiado, expresiones
falsas de emociones (sonrisas falsas, depresión falsa, etc.); si la
persona se cubre el rostro consciente o inconscientemente con las manos u
algún objeto (máscara, lentes, tela, etc.); si la persona se coloca
deliberadamente de perfil; si la persona abandona la conversación
intempestivamente; largas pausas entre palabras; ritmo respiratorio
excesivamente profundo o superficial; tragar saliva.
TIPOS DE MENTIRAS
1)Mentiras
por ocultamiento; 2)Mentiras por falseamiento; 3)Despistar al otro
reconociendo la emoción propia pero atribuyéndola a una causa falsa;
4)Decir falsamente la verdad o admitir la verdad pero de una manera tan
exagerada o irónica que el destinatario se vea desorientado o no reciba
información alguna; 5)El ocultamiento a medias de la verdad, dejando de
lado elementos decisivos; 6)La evasiva por inferencia incorrecta o decir
la verdad pero de un modo que implique lo contrario de lo que es
(ocultar verdaderos sentimientos haciendo algo que desvíe la atención o
que nos impida hablar); 7)Exageración de la verdad para ridiculizar el
descubrimiento del entrevistador.
TIPOS DE MENTIROSOS POR TRANSTORNOS DE PERSONALIDAD:
-NATURALES:
están al tanto de su aptitud, no menos que quienes los conocen bien.
Desde su infancia engañaron impunemente a sus padres, maestros y amigos
cuando se les antojó hacerlo; no sienten gran recelo de ser detectadas,
todo lo contrario, confían en su capacidad de engañar.
-ANTISOCIALES:
poseen encanto superficial, falta de remordimiento o de vergüenza,
egocentrismo patológico, incapacidad de amar, carencia de culpa o de
conciencia moral, falta de empatía, por ejemplo, uno de los impostores
más grandes de todos los tiempos, Frank Abagnale, quien se autodescribe
magistralmente en el libro ¡Atrápenme si pueden!, así como en la
película ¡Atrápame si puedes! actuada por Leonardo Dicaprio y Tom Hanks.
Cabe mencionar que los individuos con personalidad antisocial son los
más difíciles de que se les detecten indicios de mentiras, empezando
porque muchos de ellos pasan desapercibidos de su condición.
-MITÓMANOS:
Los delirios no son mentiras conscientes, ejemplos de estos son los
celotípicos, los erotomaníacos, los fantaseosos, los narcisistas, los
paranoicos, los histéricos-histriónicos mienten de querer suicidarse,
ya que en realidad sólo quieren llamar la atención.
-PSICÓTICOS: Sus alucinaciones, aunque las creen reales, son contenidos del pensamiento incongruentes y/o incoherentes con la realidad.
INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS DE PAUL EKMAN
El
doctor Paul Ekman, investigador y profesor de Psicología en la
Universidad de California, en Estados Unidos, y asesor del departamento
de defensa del FBI ha recogido los cambios más significativos que se
presentan en el organismo de un mentiroso porque, por lo general,
quienes faltan a la verdad no pueden controlar ni esconder todas sus
conductas:
1.-Sonrisas asimétricas.
Una sonrisa falsa suele ser asimétrica, sólo intervienen en ella una
parte de los músculos de la boca y ninguno de los que rodean a los ojos:
no se alzan las mejillas ni descienden las cejas.
2.-Parpadeo incontrolado.
Un mentiroso experto es capaz de mirar fijamente a las personas pero
muy posiblemente no será capaz de controlar el parpadeo, que es un
movimiento involuntario cuando se experimenta una emoción.
3.-Movimiento de los músculos de la frente.
Cuando mienten, muchas personas experimentan sentimientos de angustia,
lo que provoca que las cejas se pongan en una posición oblicua (más
elevadas en el centro), haciendo la forma de una V invertida.
4.-Duración de las expresiones. Las
expresiones faciales que duran más de cinco o diez segundos suelen ser
falsas. Por ejemplo, un gesto genuino de sorpresa apenas supera las
décimas de segundo.
5.-Alteración del ritmo.
Cuando se está fingiendo, los gestos no acompañan a las palabras, es
decir, no hay congruencia. Por ejemplo, en un engaño verdadero los
gestos violentos aparecen antes de hablar, mientras que un mentiroso
suele esperar a terminar la frase para gesticular.
6.-Gestos controlados.
Se utilizan menos gestos cuando hay inseguridad en lo que se dice. La
causa es que el mentiroso se da cuenta de que el movimiento nervioso
puede ser considerado un principio de engaño y, al final, es su ausencia
el agente delator.
7.-Pupilas dilatadas y excesivo lagrimeo.
Las pupilas se dilatan cuando hay excitación o agrado, y se contraen
cuando nos disgustamos; aunado a lo anterior, las lágrimas son síntoma
de satisfacción o irritación.
8.-Transpiración.
La aparición de sudor es otro proceso es otro proceso regulado por el
sistema nervioso y, aunque muchas veces aparece como reacción ante el
calor o el esfuerzo excesivo, también puede ser consecuencia de una
tensión emocional.
9.-Ruborización o palidez extrema.
Los cambios producidos en el sistema nervioso autónomo afectan a los
vasos sanguíneos, de tal forma que aparece el rubor cuando se está
confundido o avergonzado y, la palidez cuando se tiene miedo a se
descubierto. Ninguno de estos dos actos puede dominarse conscientemente.
(9)
LA VOZ
La
vacilación al empezar a hablar, en particular cuando se debe responder a
una pregunta, puede suscitar sospechas, así como otras pausas menores
durante el discurso si son frecuentes. Otras pistas las dan ciertos
errores que no llegan a formar palabras, como algunas interjecciones
(“¡ah!”, “¡oh!”, “¡esteee!”), repeticiones (“yo, yo, yo quiero decir en
realidad que...”), y palabras parciales (“En rea-realidad me gusta”).
Quebrar el tono de la voz, toser y aclarar la garganta. Elevar el tono
de la voz ante una pregunta que causa tensión.
El signo vocal de la
emoción que está más documentado es el tono de voz. En un 70%,
aproximadamente, de los sujetos estudiados, el tono se eleva cuando
están bajo el influjo de una perturbación emocional. Probablemente esto
sea más válido cuando dicha perturbación es un sentimiento de ira o de
temor, ya que algunas datos, aunque no definitivos, muestran que el tono
baja con la tristeza o el pesar. Y aún no han podido averiguar los
científicos si el tono de la voz cambia o no en momentos de entusiasmo,
angustia, repulsa o desdén. Otros signos de la emoción, no tan bien
demostrados pero sí prometedores, son la mayor velocidad y volumen de la
voz cuando se siente ira o temor, y la menor velocidad y volumen cuando
se siente tristeza. En el engaño, el tono se volvía más agudo, debido
al temor de ser descubierto.
DESCRIPCIÓN DE INDICIOS DE POSIBLE MENTIRA, SEGÚN MOVIMIENTOS CORPORALES
Los
emblemas tienen un significado preciso, conocido por todos dentro de un
grupo cultural determinado. Durante un engaño, los emblemas normalmente
aumentarán más que de costumbre. Los emblemas no son universales, sino
que su significado cambia según la cultura. Un ejemplo de emblema es el
leve encogimiento de hombros.
Las ilustraciones
(o ademanes, por ejemplo, dibujar figuras en el aire, señalar e indicar
la dirección o el tamaño de algo) normalmente serán empleadas menos que
de costumbre durante un engaño. La primera razón es una falta de apego
emocional a lo que se está diciendo: la gente ilustra menos que de
costumbre sus palabras cuando se siente indiferente, aburrida, ajena a
la cuestión o muy entristecida. El entusiasmo o el interés fingidos
pueden traicionarse en la falta de un aumento de ilustraciones que
acompañen las palabras. Las ilustraciones también e reducen cuando el
individuo tiene dificultad para decidir lo que va a decir. Si alguien
sopesa con cuidado cada palabra antes de decirla, no la acompañará con
muchas ilustraciones. Por último, el cazador de mentiras debe ser más
prudente en la interpretación de las ilustraciones que de los deslices
emblemáticos.
Las manipulaciones
(con las manos) constituirían signos de incomodidad o molestia sólo en
las situaciones más formales, cuando la gente que está con uno no le es
muy conocida. De ahí que las manipulaciones no son signos válidos del
engaño: pueden indicar los dos estados opuestos, la incomodidad y la
relajación. Por otra parte, los mentirosos saben que deben suprimir sus
manipulaciones, y la mayoría lo consigue casi siempre. Las
manipulaciones presentan también el Riesgo de Brokaw (El cual se explica
más adelante).
Otro aspecto corporal, la postura,
ha sido estudiado por diversos investigadores, pero no han podido
encontrar datos fehacientes de autodelación o de pistas sobre el
embuste. Aunque no hay que dejar pasar de lado que cuando una persona se
reacomoda en un asiento o hace un movimiento de incomodidad ante una
pregunta, respuesta o comentario que causa tensión es probable que nos
aporte información corporal relevante si se une a otros gestos
conductuales.
LA CARA
La
cara es un sistema dual en el que aparecen expresiones elegidas
deliberadamente y otras que surgen de forma espontánea, a veces sin que
la persona se dé cuenta siquiera.
Las microexpresiones son
expresiones emocionales que abarcan todo el rostro y duran apenas una
fracción de lo que duraría la misma expresión en condiciones normales.
A
veces, cuando emerge una expresión, parecería que la persona se da
cuenta de lo que empieza a mostrar y la interrumpe, en ocasiones
encubriéndola con otra. La sonrisa es la máscara encubridora más
corriente. Puede ocurrir que la expresión abortada sea tan fugaz que
resulte difícil captar el mensaje que se habría transmitido en caso de
no interrumpirse. Pero aún cuando este mensaje no quede en ella
reflejado, el hecho mismo de abortar una expresión es un indicio notorio
de que la persona oculta algún sentimiento. La expresión abortada suele
durar más que la microexpresión, pero no es tan completa.
No
todos los músculos que producen las expresiones faciales son igualmente
fáciles e controlar: algunos son más fidedignos que otros. Los músculos
fidedignos son aquellos de los que no puede hacerse uso para las
expresiones falsas: el mentiroso no los tiene a su disposición, y como
tampoco puede inhibirlos o abortarlos inmediatamente, le cuesta ocultar
la acción de esos músculos al tratar de disimular una emoción real. Por
ejemplo, los músculos característicos que se mueven involuntariamente
cuando se experimentaba tristeza, dolor o pesadumbre (que las comisuras
de los labios se muevan hacia abajo, la frente presente arrugas y las
cejas estén alzadas en su ángulo interior) casi no es posible moverlos a
voluntad porque el acompañamiento del movimiento del mentón delata la
falsedad.
La frente es la sede principal de los movimientos musculares fidedignos.
También,
los movimientos musculares fidedignos cuando existe temor, inquietud,
aprensión y terror son que las cejas están levantadas y se aproximan
entre sí, asimismo, el párpado superior sube y se pone tenso el
inferior, marca típica del miedo. La elevación de las cejas también
sirve como signo de interrogación o de exclamación, y como emblema de
desconfianza y escepticismo, también es frecuente que se cierre el
entrecejo en momentos de perplejidad o de concentración. Una de las
mejores claves sobre la boca son los labios afinados, aunque ninguno de
ellos chupe al otro ni estén forzosamente apretados, pero sí con una
disminución de la zona roja visible.
OJOS
La
mirada se aparta en una serie de emociones: baja con la tristeza, baja o
mira a lo lejos con la vergüenza o la culpa, y mira a lo lejos con la
repulsión. No obstante, es probable que un mentiroso, por culpable que
se sienta, no aparte la vista demasiado, ya que los mentirosos saben
perfectamente que todo el mundo confía en detectarlos de esta manera. Si
bien un parpadeo más intenso y la dilatación de las pupilas indican que
el individuo está movido emocionalmente, no revelan de qué emoción se
trata. Pueden ser signos de excitación entusiasta, rabia o temor. Sólo
son autodelatores válidos cuando la manifestación de una emoción
cualquiera trasluciría que alguien miente, y el cazador de mentiras
puede desechar la posibilidad de estar ante el temor de un inocente a
ser juzgado erróneamente.
Las lágrimas también son producidas por
el SNA, pero ellas sólo son signos de algunas emociones, no de todas.
Se presentan cuando hay tristeza o desazón (si las cejas muestran
también dichas emociones), alivio, ciertas formas de goce y risa
incontrolada (aunque las lágrimas de risa no se filtrarán si la risa
misma ha sido sofocada).
EL SNA provoca otros cambios visibles en
el rostro: el rubor, el empalidecimiento y el sudor, todos los cuales
son difíciles de ocultar.
El rostro se pone rojo de rabia o de
turbación, es decir, ambos implican la dilatación de los vasos
sanguíneos periféricos de la piel. La cara enrojece de ira sólo cuando
ésta ha quedado fuera de control, o cuando el sujeto trata de controlar
una rabia que está a punto de explotar. En tal caso, habitualmente habrá
en el rostro o la voz otras pruebas de la ira, y el cazador de mentiras
no tendrá que confiar en la coloración de la cara para discernir esta
emoción. Si la ira está mal controlada, el rostro puede palidecer o
ponerse blanco, como también ocurre cuando se siente miedo. El
empalidecimiento puede aparecer incluso cuando la mímica de esta emoción
ha sido perfectamente disimulada. Según la PNL, la cara oculta que nos
da más información es la parte izquierda del rostro, la cual está
gobernada por el hemisferio derecho.
Porque los hemisferios
cerebrales gobiernan los movimientos faciales voluntarios pero no los
involuntarios, que se generan en zonas inferiores, más primitivas del
cerebro. Había asimetría cuando la expresión era voluntaria, deliberada,
una pose. La asimetría era un indicio de que la expresión no era
auténtica. Lo típico era que la acción fuera un poco más marcada en el
lado izquierdo si la persona era diestra.
Un cazador de mentiras
no debe confiar jamás en un solo indicio facial del engaño; los indicios
faciales deben ser corroborados por los que proceden de las palabras,
la voz y el resto del cuerpo. El tiempo incluye la duración total de una
expresión facial, así como lo que tarda en aparecer (tiempo de
arranque) y en desaparecer (tiempo de descarga). Los tres elementos
mencionados pueden ofrecer pistas sobre el embuste. Las expresiones de
larga duración (sin duda las que se extienden por más de 10 segundos, y
normalmente también si duran más de 5 segundos) son probablemente
falsas. En su mayoría, las expresiones auténticas no duran tanto. Salvo
que el individuo esté experimentando una experiencia culminante o de
cumbre emocional, las expresiones emocionales genuinas no permanecen en
el rostro por más de unos segundos. Ni siquiera en esos casos extremos
las expresiones duran tanto; por el contrario, hay muchas expresiones
que son más breves. Las largas suelen ser emblemas o expresiones
fingidas.
Supongamos que alguien que quiere fingir que está
furioso y grita “¡Ya me tienes harto con esa manera de comportarte!”. Si
la expresión de ira aparece en el rostro con posterioridad a las
palabras, es más probable que sea falsa que si aparece en el mismo
momento en que se lanza la exclamación, o incluso segundos antes. No hay
tanto margen de maniobras, quizá, para situar la expresión facial
respecto de los movimientos corporales. Imaginemos que junto con su
manifestación verbal de estar harto, el mentiroso descarga un puñetazo
sobre la mesa: será más probable que la expresión sea falsa si viene
después del puñetazo. Las expresiones faciales no sincronizadas con los
movimientos corporales son con mucha probabilidad pistas fehacientes.
LA SONRISA
En
la sonrisa auténtica se contaren los músculos orbiculares de los
párpados, que rodean cada ojo, formando las llamadas “patas de gallo”.
La sonrisa auténtica expresa todas las experiencias emocionales
positivas (goce junto a otra persona, contento o felicidad, alivio,
placer táctil, auditivo o visual, diversión, satisfacción), sólo con
diferencias en la intensidad de la mímica y en el tiempo de duración. La
diferencia fundamental entre la sonrisa de desdén y la sonrisa
auténtica es la contracción de las comisuras de los labios. Las sonrisas
falsas tratan de hacerle creer al otro de que se sienten cosas
positivas, caracterizándose por ser más asimétricas que las auténticas;
también, una sonrisa falsa no estará acompañada nunca de la acción de
los músculos orbiculares de los párpados, no se alzarán las mejillas ni
habrá hondonadas debajo de los ojos, ni patas de gallo, ni el leve
descenso d las cejas que se presentan en la sonrisa auténtica leve a
moderada. La falta de participación de las cejas es un indicio sutil
pero decisivo para diferenciar las sonrisas auténticas de las sonrisas
falsas cuando la mueca es pronunciada. El tiempo de desaparición de la
sonrisa falsa parecerá notablemente inapropiado, es decir, puede
esfumarse demasiado abruptamente, o tal vez de forma escalonada.
Usada
como máscara, la sonrisa falsa no abarca más que movimientos en la
parte inferior del rostro y en el párpado inferior. Los signos propios
de una sonrisa falsa son la ausencia de todo movimiento en torno de los
ojos y la presencia de signos de repulsión o disgusto profundo
(fruncimiento de la nariz) o de desdén (contracción de las comisuras de
los labios).
Menos vulnerable al riesgo de Brokaw es la interpretación de cuatro fuentes de autodelatación, a saber: los deslices verbales, las peroratas enardecidas, los deslices emblemáticos y las microexpresiones.
Es conveniente prevenir sobre el riesgo de utilizar los sistemas de análisis de forma aislada y se recomienda lo siguiente:
A.-Se deben analizar los riesgos y consecuencias de juzgar como mentirosa a una persona que es veraz y viceversa.
B.-La
ausencia de todo signo de engaño no es sinónimo de veracidad, ya que
hay personas que no se autodelatan jamás y otras que, pese a su
inocencia, siempre tienen cargo de conciencia por lo que dicen.
C.-Autoexaminarnos
sobre los prejuicios que tengamos hacia la persona que juzgamos, ya que
podrían influir mucho en nuestra conclusión.
D.-Es muy importante saber si el mentiroso cree que se sospecha de él, porque sus engaños se harán mucho más sutiles.
OTRAS CONSIDERACIONES:
-Cuanto más sea lo que está en juego, mayor será el recelo a ser detectado.
-Las
expresiones faciales ocupan el primer lugar en la clasificación de la
conciencia. Las posturas generales del cuerpo, en cambio, pueden abrir
algunas brechas, porque no somos totalmente conscientes de nuestro
estado de rigidez, tensión o relajamiento. Por último, las piernas y los
pies presentan un interés particular, porque son las partes del cuerpo
de cuyas acciones tenemos menor conciencia, por lo que en éstas últimas
se fuga información de la que el individuo no es consciente.
-Tomemos
el caso de un hombre que sonríe amistosamente y al mismo tiempo aprieta
los puños: con la cara dice “me siento feliz”; con las manos replica
“estoy furioso”. Para decidir entre estas dos posibilidades debemos
creer más a los músculos más inferiores (en este caso, las manos). Si
vemos un rostro que se esfuerza por reír sobre un cuerpo rígido y tenso,
creeremos más en el cuerpo y no en el rostro.
-Desmond Morris ha establecido una escala de credibilidad de los distintos tipos de acción, estando formulada en orden de mayor a menor credibilidad:
1.-Señales automáticas (palidecer, ruborizarse, sudar).
2.-Señales de las piernas y de los pies.
3.-Señales del tronco.
4.-Gestos de las manos no identificados.
5.-Gestos de las manos identificados.
6.-Expresiones faciales.
-La
mejor máscara es una emoción falsa, no hay nada más difícil que
mantenerse impávido y aparentar neutralidad, frialdad y falta de
emotividad.
-Tocarse la boca con las manos para bloquear la salida de las palabras falsas.
-Otra señal de mentira es que los gestos no sean acordes con lo que se dice.
-Un
mentiroso inventa una historia y la cuenta siempre igual hasta en sus
más mínimos detalles, en cambio, una persona honesta comete por lo común
pequeños errores, particularmente si debe relatar una historia larga y
complicada.
-El deseo de aliviarse de la culpa tal vea la mueva a
confesar su engaño, en tanto que el deseo de evitar la humillación de la
vergüenza tal vez la lleve a no confesarlo jamás.
-Tanto la culpa
como el temor y el deleite pueden evidenciarse en la expresión facial,
la voz, los movimientos del cuerpo, por más que el mentiroso se afane en
ocultarlo.
-Hay que averiguar si el sospechoso sabe o no que se
sospecha de él, y conocer cuáles son las ventajas y desventajas que
ambas situaciones presentan para la detección del engaño.
-No hay
ningún signo de engaño en sí, ningún ademán o gesto, expresión facial o
torsión muscular que en y por sí mismo signifique que la persona está
mintiendo. Sólo hay indicios de que su preparación para mentir ha sido
deficiente, así como indicios de que ciertas emociones no se
corresponden con el curso general de lo que dice. Estas son las
autodelaciones y las pistas sobre el embuste.
-Lo curioso es que la
mayoría de la gente presta mayor atención a las fuentes menos fidedignas
(las palabras y las expresiones faciales), y por ende se ve fácilmente
desorientada porque los mentirosos se esmeran en tener más control de
dichas áreas. Es más fácil falsear las palabras que la expresión facial;
y los mentirosos suelen vigilar menos su voz y el resto del cuerpo. A
diferencia de lo que ocurre con el rostro o la voz, la mayoría de los
movimientos del cuerpo no están conectados en forma directa con las
regiones del cerebro ligadas a las emociones.
-Cuando es mucho lo que
está en juego, cuando el precio que podría pagar el cazador de mentiras
si el sospechosos miente es grande, aun las personas no celosas pueden
apresurarse a formular un juicio erróneo. Los cazadores de mentiras
deberían empeñarse en tomar conciencia de sus prejuicios respecto del
sujeto de quien sospechan.
-No todos los individuos sienten temor,
culpa, rabia, etc., cuando saben que se sospecha que han mentido o
cometido una falta; dependerá en parte de su personalidad.
-El
cazador de mentiras debe ser más prudente en la interpretación de las
ilustraciones que de los deslices emblemáticos. Las primeras están
afectadas por el Error de Otelo y el Riesgo de Brokaw; los segundos, no.
Si un cazador de mentiras nota una disminución de las ilustraciones, lo
lógico es que antes descarte cualquier otra razón (aparte de la
mentira) por la cual un individuo puede querer escoger con cuidado sus
palabras. Respecto de los deslices emblemáticos no hay tanta ambigüedad;
el mensaje transmitido suele ser lo suficientemente diferenciado como
para poder interpretarlo fácilmente. Tampoco es necesario conocer de
antemano al sospechoso para interpretar un desliz emblemático, ya que en
y por sí misma la acción tiene sentido; en cambio, como los individuos
varían enormemente entre sí en cuanto a su índice normal de
ilustraciones empleadas, no puede emitirse juicio si no existe un patrón
de comparación. Para interpretar las ilustraciones es menester tener
cierto trato previo con los “ilustradores”. Es difícil descubrir un
engaño en un primer encuentro: los deslices emblemáticos ofrecen una de
las pocas posibilidades que existen para ello.
INSTRUMENTOS A USAR CON POSIBLES ENGAÑADORES
TÉCNICA DE LO QUE CONOCE EL CULPABLE
Si
la víctima revela francamente sus sospechas, se puede recurrir a la
técnica de lo que conoce el culpable, creada por el especialista en
psicología fisiológica David Lykken; en dicha técnica, el interrogador
no le pregunta al sospechoso si cometió o no el crimen, sino que lo
indaga acerca de ciertos que sólo el culpable puede conocer.
Así
como un signo vocal de una emoción (por ejemplo, el tono de voz) no
siempre señala una mentira, así también la ausencia de todo signo vocal
de emoción no es prueba de veracidad. La técnica de lo que conoce el
culpable suele dar lugar a más errores de credulidad que de
incredulidad.
CONCLUSIÓN
Para
el manejo de los indicios de posibles mentiras aplicar lo que se crea
oportuno y pertinente según la intuición y las estrategias
psicoterapéuticas que se conozcan: confrontación, preguntas más
específicas, no reforzar su respuesta, persuadir al paciente de que diga
la verdad para que desarrolle una mejor psicoterapia, etc. Determinar
el tipo de mentira, el tipo de destinatario y el tipo de mentiroso que
tenemos como paciente para encuadrar los indicios de los patrones
obtenidos. Las mentiras fallan por las siguientes razones: por el
pensamiento mal planeado; porque es común que el mentiroso no sea tan
sagaz como para anticipar todas las preguntas que pudieran hacérsele o
para meditar sus respuestas; por no saber ocultar o fingir las emociones
a través del lenguaje corporal; porque las personas no escogen
deliberadamente el momento en que sentirán una emoción, por el
contrario, lo común es que vivencien las emociones como algo que les
sucede pasivamente y, en el caso de las emociones negativas, contra su
voluntad. Las diferencias de nacionalidad y cultura pueden oscurecer la
interpretación de los indicios no verbales.
ANEXO
CUADRO DE INDICIOS DE QUE UNA EXPRESIÓN ES FALSA (EKMAN, 1991).
EMOCIÓN FALSA ........INDICIO CONDUCTUAL
-Temor......................Ausencia de una expresión fidedigna en la frente.
-Tristeza...................Ausencia de una expresión fidedigna en la frente.
-Alegría..................No participan los músculos orbiculares de los párpados.
-Entusiasmo o interés.......No aumenta la cantidad de ilustraciones, o es incorrecta su secuencia temporal.
-Emociones negativas............Ausencia de sudor, de alteraciones en el ritmo respiratorio
de aumento en la cantidad de manipulaciones.
-Cualquier
emoción...............Expresiones asimétricas, aparición demasiado
abrupta , desaparición demasiado abrupta o entrecortada , sincronización
incorrecta.