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- El Vendedor más grande del Mundo. Og Mandino. CAPITULO VII
Posted by : Joel
miércoles, 1 de enero de 2014
CAPITULO VII
Hafitz llegando a la ciudad de Damasco, encontrándose con una multitud de vendedores, le llegan los temores y la desconfianza en si mismo, pensando que era un iluso al pensar que podía convertirse en un gran vendedor ya que en la ciudad los habían con mucha calificación y muchas mercancías para ofrecer a sus clientes los cuales ofrecían con mucho entusiasmo y valor, en su habitación le entra los temores pensado que necio seria el siendo un camellero como podría convertirse un vendedor si sentía muchos temores de caminar por las calles de la ciudad, y sollozando en la noche cae dormido.
En la mañana siguiente ve un visitante alado, un gorjeo, quien se coloca encima del cofre de los pergaminos, Hafitz al acercarse el ave se le postro en la palma de su mano este dándole suaves picotazos en su piel, Hafitz no pudo ver de dónde entro el pájaro, ya que las aberturas eran muy pequeñas, llevo a su nuevo visitante y compartió su comida con este dándole trocitos de pan, en eso comenzó a recordar las palabras de Patrhos «El fracaso nunca te sobrecogerá si tu determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa».
Hafitz llegando a la ciudad de Damasco, encontrándose con una multitud de vendedores, le llegan los temores y la desconfianza en si mismo, pensando que era un iluso al pensar que podía convertirse en un gran vendedor ya que en la ciudad los habían con mucha calificación y muchas mercancías para ofrecer a sus clientes los cuales ofrecían con mucho entusiasmo y valor, en su habitación le entra los temores pensado que necio seria el siendo un camellero como podría convertirse un vendedor si sentía muchos temores de caminar por las calles de la ciudad, y sollozando en la noche cae dormido.
En la mañana siguiente ve un visitante alado, un gorjeo, quien se coloca encima del cofre de los pergaminos, Hafitz al acercarse el ave se le postro en la palma de su mano este dándole suaves picotazos en su piel, Hafitz no pudo ver de dónde entro el pájaro, ya que las aberturas eran muy pequeñas, llevo a su nuevo visitante y compartió su comida con este dándole trocitos de pan, en eso comenzó a recordar las palabras de Patrhos «El fracaso nunca te sobrecogerá si tu determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa».
Al terminar se acerco al cofre y desenrollando los pergaminos
comenzó a sentir que los temores de su corazón habían desaparecido
luego miro hacia el gorrión y también había desaparecido Hafid echó una
mirada hacia el pergamino y en el encabezamiento decía:
«El pergamino número uno». Y comenzó a leer…