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- El Vendedor más grande del Mundo. Og Mandino. Capítulo XV.
Posted by : Joel
miércoles, 1 de enero de 2014
Capítulo XV.
El pergamino número ocho.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento
Nunca quedar satisfecho con lo que se ha logrado, lo que se ha alcanzado, viendo el pasado que ha alcanzado las metas propuesta luego puede pensar y estar seguro que puede lograr otras nuevas, ¿Como lo hace? Multiplicando el valor en ciento por ciento, plantándose metas diarias, semanales, mensuales, e ir creciendo y madurando cada vez día a día, al momento de alcanzar una meta se propondrá otra, cuando sea alabado por sus logros los oirá con humildad.
Para que crezca y se multiplique es necesario plantar el grano de trigo en la oscuridad de la tierra, y mi fracaso, mi desesperación, mi ignorancia y mis inhabilidades son la oscuridad en la cual he sido plantado a fin de madurar. Ahora, como el grano de trigo que brotará y fructificará solo si es nutrido por la lluvia y el sol y los vientos tibios, yo también debo nutrir mi cuerpo y mi mente para cumplir mis sueños. Pero para crecer hasta llegar a su plenitud el trigo debe esperar los caprichos de la naturaleza. Pero yo no necesito esperar porque tengo el poder para escoger mi propio destino.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
¿Y cómo lograré esto? Primeramente fijaré metas para el día, la semana, el mes, el año y mi vida. Así como la lluvia debe caer antes de que el grano de trigo rompa su cáscara y germine, así yo también debo tener metas y objetivos para que mi vida cristalice. Al fijarme metas recordaré mis mejores trabajos del pasado y los multiplicaré en un ciento por ciento. Este será el nivel según el cual viviré en el futuro. Nunca me preocuparé de que mis metas sean demasiado elevadas, puesto que ¿no es mejor acaso apuntar mi lanza a la luna y herir solo a un águila que apuntar mi lanza al águila y pegarle solo a una roca?
La magnitud de mis metas no me asombrará aunque quizá tropiece antes de alcanzarlas.
Si tropiezo me levantaré de nuevo y mis caídas no me preocuparán porque todos los hombres deben de tropezar con frecuencia antes de llegar a su hogar.
Que otros construyan una cueva con su arcilla yo construiré un castillo con la mia.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.
No cometeré el terrible crimen de apuntar demasiado bajo.
Realizaré la labor que un fracasado no realizará.
Siempre extenderé mi brazo más allá de lo que está a mi alcance.
No quedaré nunca contento con mi actuación en el mercado.
Siempre ampliaré mis metas tan pronto como las haya alcanzado.
Procuraré siempre hacer que la próxima hora sea mejor que ésta.
Proclamaré siempre mis metas al mundo.
Y sin embargo, nunca proclamaré mis éxitos. Que el mundo en cambio se me acerque
con alabanza y que tenga yo la sabiduría de recibirlo con humildad.