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Posted by : Joel
domingo, 5 de enero de 2014
Un frió viento de marzo danzaba al final de una noche en Dallas cuando el médico entro a la pequeña habitación donde se encontraba Diana Blessing.
Aun aturdida por la cirugía, su esposo David sostenía
su mano mientras se daban ánimo para las últimas noticias.
Esa tarde del 10 de marzo de 1991, una serie de complicaciones
obligó a Diana, con tan solo 24 semanas de embarazo, a someterse
a una cesárea de emergencia para dar a luz a la nueva hija de la
pareja, Danae Lu Blessing.
Con 12 pulgadas y pesando solo una libra y nueve onzas,ellos
ya sabían que era una niña precariamente prematura. Aun
asi, las suaves palabras del médico cayeron como bombas.
"No creo que lo logre" dijo, tan amablemente
como pudo.
"Solamente hay un 10% de posibilidades de que sobreviva
la noche y
aun cuando, si por alguna escasa posibilidad lo logra, el futuro para ella podría ser muy cruel".
aun cuando, si por alguna escasa posibilidad lo logra, el futuro para ella podría ser muy cruel".
Pasmados e incrédulos, David y Diana escuchaban
a medida que el doctor describía los problemas devastadores a los
que Dana se enfrentaría si lograba sobrevivir.
Ella nunca podría caminar, nunca podría hablar,
probablemente sería ciega y estaría ciertamente propensa
a otras condiciones catastróficas como parálisis cerebral,
retardo mental y así y asi....
"No! No!" era todo lo que Diana podía
decir.
Ella y David,junto con su hijo de 5 años, Dustin,
habían soñado desde hace mucho con el día en que
vendría una hija para que fueran una familia de cuatro.
Ahora, en cuestión de horas, ese sueño se
desvanecia.
Durante las obscuras horas de la mañana, mientras
la vida de Danae dependía del mas delgado hilo, Diana despertó
sobresaltada de su sueño, con una creciente determinación
de que su pequeñísima hija viviría y viviría
para convertirse en una niña saludable y feliz.
Pero David, completamente consciente y escuchando los horrendos
detalles sobre las posibilidades de que su hija dejara con vida el hospital,
mucho menos saludable, supo que debía confrontar a su esposa para
lo inevitable.
David entró y dijo que necesitaba que hablaran sobre
realizar los arreglos del funeral.
Diana recuerda "Me sentí tan mal por el porqué
estaba haciendo todo lo posible para tratar de incluirme en lo que estaba
ocurriendo, pero yo no escuchaba, no podía escuchar" Y dije
"No, eso no va a suceder, de ninguna manera!!! No me interesa lo
que digan los
doctores, Danae no va a morir!
doctores, Danae no va a morir!
Un día simplemente ella estará bien y vendrá
a casa con nosotros!" Como si la determinación de Diana le
diera deseos de vivir, Danae se pegó a la vida, hora tras hora,
con la ayuda de cada máquina y logrando que su cuerpecito en miniatura
pudiera resistir.
Pero a medida que esos primeros días pasaban, una
nueva agonía llegó para David y Diana. En vista de que el
sub-desarrollado sistema nervioso de Danae se encontraba esencialmente
"en crudo", el mas ligero beso o caricia únicamente intensificarían
su incomodidad,
de manera que ni siquiera podían arrullar a su pequeña bebita contra sus pechos para ofrecerles la fuerza de su amor.
de manera que ni siquiera podían arrullar a su pequeña bebita contra sus pechos para ofrecerles la fuerza de su amor.
Todo lo que podían hacer, mientras Danae luchaba
sola bajo la luz ultravioleta en su confusión de tubos y cables,
era orar para que Dios se mantuviera cerca de su preciosa niñita.
Nunca hubo un momento en que Danae súbitamente se
fortaleciera. Pero a medida que las semanas pasaban, ella milagrosamente
iba ganando una onza de peso aquí y una onza de fuerza allá.
Finalmente, cuando Danae cumplió los dos meses de
edad, sus padres lograron estrecharla en sus brazos por primera vez.
Y dos meses más tarde, aún cuando los doctores
continuaban con gentileza pero implacablemente advirtiéndoles que
sus oportunidades de sobrevivir, mucho menos de llevar una vida normal,
estaban próximas, Danae salió del hospital y fue a casa,
justo como su madre lo predijo.
Hoy, cinco años mas tarde, Danae es una pequeña
pero bulliciosa niña, con chispeantes ojos grises y un inextinguible
entusiasmo por la vida.
Ella no muestra ningún signo de discapacidad mental
o física.
Simplemente, ella es todo lo que una niña puede ser
y más,pero este final feliz esta lejos de ser el final de esta
historia.
Una relampagueante tarde en el verano de 1996, cerca de
su hogar en Irving, Texas, Danae estaba sentada en el regazo de su madre
en las gradas de un parque local, donde el equipo de baseball de su hermano
Dustin se encontraba practicando.
Dustin se encontraba practicando.
Como siempre, Danae estaba parloteando sin parar con su
madre y algunos adultos que se encontraban sentados en un lugar cercano
cuando súbitamente guardo silencio.
Rodeando su pecho con sus brazos, Danae preguntó
"Mami, hueles eso?"
Olfateando el aire y detectando la cercanía de una
tormenta, Diana contesto "Si, huele como a lluvia" Danae cerro
sus ojos y nuevamente preguntó, "Hueles eso?"
Una vez más, su madre contesto, "Si creo que
pronto estaremos mojados, huele a lluvia" .
Aún atrapada en el momento, Danae sacudió
su cabeza, acarició sus delgados hombros con sus pequeñas
manos y en voz alta anuncio,
"No, huele a EL. Huele a Dios como cuando uno recuesta
la cabeza en Su pecho"
Lágrimas arrasaron los ojos de Diana, mientras Danae
felizmente brinco de su regazo para ir a jugar con los otros niños.
Antes de que la lluvia cayera, las palabras de su hija confirmaron
lo que Diana y todos los miembros del resto de la familia Blessing siempre
supieron, por lo menos dentro de sus corazones.
Durante esos largos días y noches de sus primeros
dos meses de vida, cuando sus nervios eran demasiado sensibles para que
ellos pudieran tocarla, Dios sostenía a Danae en Su pecho y era
Su amoroso aroma
lo que ella recordaba tan bien.
lo que ella recordaba tan bien.
Colaboración de Yaileen